China está viviendo una fiebre por las cerezas y España quiere convertirse en su gran huerta. No lo tendrá fácil

China está viviendo una fiebre por las cerezas y España quiere convertirse en su gran huerta. No lo tendrá fácil

Se hizo esperar, pero la cereza española acaba de recibir una de noticia que llevaba tiempo esperando: China le ha abierto las puertas de su gigantesco mercado. Tras años de negociación entre Pekín y Madrid, el gigante asiático ha dado luz verde a la exportación de frutas cultivadas en España, un acuerdo que ya se había perfilado en primavera pero que no ha resuelto sus últimos flecos hasta ahora.

Ahora quedan otras dos mercancías esperando: el pistacho y el higo seco.

¿Qué ha pasado? Que a la cereza española acaba de abrírsele uno de los principales mercados del mundo, el chino. Y eso es una noticia importante por varias razones. Primero porque ese vasto mercado está formado por más de 1.400 millones de potenciales consumidores. Segundo porque el gigante asiático parece especialmente interesado en este fruto, valorado tanto por su sabor como por su impacto cultural (se considera un símbolo de fortuna, sobre todo durante el Año Nuevo), una demanda de la que se hasta ahora se ha beneficiado sobre todo Chile.

¿Pero qué ha cambiado? Básicamente, que la Administración General de Aduanas de China (AGA) ha dado su visto bueno definitivo a las exportaciones de cereza española. La noticia la ha avanzado el departamento que dirige Luis Planas en un comunicado que confirma que la administración asiática ya ha publicado el registro de establecimientos autorizados para el envío de fruta. «Se pone punto y final a un complejo proceso de negociación de varios años», destaca. El sector confía en que el nuevo protocolo «agilice» su capacidad para exportar.

¿Es una novedad? Sí. Y no. Pekín acaba de abrir sus puertas, pero la noticia pillará a pocos por sorpresa. Se esperaba desde abril, cuando Planas y la ministra de Aduanas china, Sun Meijun, firmaron varios protocolos para la exportación de porcino y cerezas, acuerdos que se suman a la decena de pactos suscritos desde 2018 sobre requisitos sanitarios orientados a la exportación de alimentos.

Para pasar de la teoría política a la práctica comercial quedaban sin embargo varios trámites pendientes. En junio técnicos de AGA realizaron una auditoria de parcelas y almacenes relacionados con la exportación de cerezas para confirmar que cumplen el protocolo sanitario. Antes, en 2024, una delegación enviada por Pekín ya se había encargado de visitar algunas zonas productoras del país.

¿Se conocen los detalles? Sí. El Gobierno ha desvelado algunos detalles del acuerdo suscrito con China. El protocolo cerrado con Pekín contempla por ejemplo que las fases de procesado, empaquetado, almacenaje y transporte del fruto que se exporte a China se lleve a cabo «bajo la supervisión» del Ministerio. «Este también será el responsable de asegurar que solo las cerezas de los huertos registrados puedan entrar en el almacén de confección para su selección y procesado».

El acuerdo tendrá una vigencia de tres años y se suma a los pactos bilaterales de exportación entre España y China de los que ya disfrutan otros cultivos, como los cítricos, el melocotón, la ciruela, la uva de mesa, el caqui o la almendra. Entre otras mercancías las autoridades chinas también permiten la venta de avena forrajera, pasta de aceituna y alfalfa deshidrata destinada la alimentación animal.

En breve la lista podría ampliarse aún más. El departamento de Planas reconoce que, tras cerrar el acuerdo para las cerezas, sigue negociando los expedientes de otros dos productos con arraigo en España: el pistacho y los higos secos.

¿Por qué es importante? Por varias razones. El cultivo de cereza no está igual de extendido por toda España, pero hay provincias en las que sí es relevante, como Cáceres o Zaragoza. Según las últimas estadísticas del Ministerio de Agricultura, en 2022 la producción de cereza y guinda del conjunto del país rozó las 114.000 t, con un peso fundamental de Aragón (48.600) y Extremadura (40.000), seguidas a bastante distancia por Cataluña (6.800), Andalucía (5.300) y Murcia (3.500).

El sector espera que el acuerdo con Pekín amplíe su horizonte. «Abrirá nuevas posibilidades de exportación a esta fruta, cuyo cultivo ha tenido un importante desarrollo», celebraba ya en abril Pemex, la federación de productores de frutas, hortalizas, flores y plantas. «La exportación de cereza de España en 2024 se situó en 39.968 toneladas, siendo la Unión Europea el primer destino, con 33.440 t».

Entre los mercados extracomunitarios destaca sobre todo Reino Unido, que recibió más de 5.700 toneladas, y Sudáfrica y Hong Kong, con alrededor de cien toneladas cada uno. Los envíos de fruto alcanzaron un valor de 139 millones de euros.

¿Lo tendrá fácil? No. Aunque el acuerdo es una buena noticia para las aspiraciones asiáticas de la cereza española, lo cierto es que deberá competir en un mercado complejo. Según las últimas previsiones recogidas por Produce Report, se espera que en la temporada 2025/2026, que durará hasta marzo, la producción de cerezas de China crezca un 6% hasta alcanzar las 900.000 t, lo que demuestra la apuesta dentro del propio país. Una de las claves de ese repunte es el aumento de superficie cultivada, que durante la temporada pasada rondó las 199.000 ha.

Su elevada demanda ha llevado a Pekín a echar mano de la producción chilena, cada vez más enfocada en China. Si en 2016 el país sudamericano exportó cerca de 40.000 t de fruto al gigante asiático, en 2023 esa cifra se había disparado ya hasta superar las 370.000 t. A principios de año la agencia Xinhua señalaba que durante la pasada temporada Chile experto al mundo algo más de 625.000 toneladas de cereza fresca, de las que 568.000 partieron rumbo a los mercados de China.

Imágenes | U.S. Department of Agriculture (Flickr), Dominic Kurniawan Suryaputra (Unsplash) y OK Apartment (Flickr)

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China está viviendo una fiebre por las cerezas y España quiere convertirse en su gran huerta. No lo tendrá fácil

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por
Carlos Prego

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